domingo, 26 de junio de 2011

Tras el casting de una miss


Texto:
Unas 120 chicas asisten semanalmente a la organización miss Venezuela. El jurado es riguroso al evaluar.
Sined Arias y Zuri Runke son amigas desde la escuela secundaria. Ambas chicas tienen ahora 18 años y viven en Maracay. Ellas comparten un sueño y una meta en común, según dicen, desde muy niñas: “Siempre hemos querido concursar en el miss Venezuela y acá estamos”.
Al igual que este par de chicas un amplio grupo de jóvenes llegó hasta la sede de la organización de belleza en Caracas. La llamada quinta miss Venezuela abrió sus puertas para evaluar a las potenciales candidatas que este año competirán por la corona. Se supo que solo habrá 25 cupos.
“Estoy levantada desde las 4:00 de la madrugada, en realidad no pude dormir mucho pensando que hoy sería evaluado por un jurado. Entrar aquí te abre las puertas de una carrera al mundo del modelaje, la publicidad o TV. Mi familia me apoya, sobretodo mi papá que dio cuatro veces la bendición”, reveló Jesica Vicente, de Guatire, Edo Miranda.
El primer paso para optar al casting miss Venezuela es llenar una planilla con los datos y cumplir con los requisitos básicos. “Es la tercera vez que vengo. No me doy por vencida ya que no es lo mismo tener 18 que los 22 años ahora, me siento mejor preparada y más flaca”, dijo la valenciana Anmary Urbina.
El ambiente de la quinta es sobrio y pese al movimiento de mujeres en traje de baño para ser evaluadas solo se escuchan susurros entre todas. La voz más fuerte es la de María Calay, asistente y chaperona de las misses, quien desde una puerta las llama a enfrentar el ojo agudo del zar de la belleza.
Osmel Sousa, presidente del miss Venezuela luce cómodamente en su asiento y escritorio. Ante la pregunta de cómo estuvo el resultado del proceso de casting, respondió. “Muy mal, no vi muchachas impactantes. La recomendación más recurrente es que tienen que bajar de peso y no estar gordas”.
Continúa: “Todo el mundo sabe que nosotros somos exigentes y por eso tenemos el éxito de hoy. Se trata de un concurso de belleza y las muchachas cuando van a los concursos internacionales no van de compras ni a hacer turismo. La venezolana viaja con actitud de ganadora”.
La última chica de jornada de audiciones parece haberle ido bien. María Antonieta Araujo sonríe al salir. “Me dijo estoy bien, quizás bajar 2 kilos. Soy de Valera, pero vivo en Maracaibo y me gradué de comunicadora en Urbe. No siento que ser una miss sea un sacrificio sino una profesión distinta”.
Según cifras de la organización, cada año unas 600 jóvenes venezolanas se anotan en los casting. Un mínimo porcentaje tiene la opción de concursar, sin embargo para algunas es una gran experiencia. “Aunque no haya quedado, lo intenté y regresaré el próximo año”.

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